Lo más probable es que hayas oído alguna vez la frase "pelearse como perros y gatos". La cita es tan antigua que se remonta a la época de Shakespeare. Pero que esta famosa rivalidad exista desde hace siglos no tiene por qué describir la relación entre nuestras propias mascotas. Entonces, ¿Qué podemos hacer para que perros y gatos dejen de pelearse?

Entran y salen visitas de mi casa

Cuando nos preguntamos por qué se pelean tanto los perros y los gatos, es esencial reconocer que poseen estilos de comunicación y estructuras sociales intrínsecamente diferentes. Algunos perros y gatos pueden llegar a ser amigos inseparables, pero a menudo se limitan a tolerarse mutuamente. Además de sus diferencias inherentes, mucho depende de sus personalidades individuales, de su exposición temprana a la otra especie y del entorno en el que viven.

También hay diferencias en sus comportamientos naturales. Los gatos, cazadores solitarios por tradición, suelen mostrar comportamientos de acecho o de abalanzamiento. En cambio, muchas razas de perros están predispuestas a perseguir animales más pequeños. También son activos a distintas horas del día. Por ejemplo, los gatos son más activos durante la noche, mientras que los perros lo son durante el día.

Cómo hacer que perros y gatos se lleven bien

A pesar de sus diferencias, hay medidas que podemos tomar para minimizar los comportamientos agresivos y, con un poco de suerte, fomentar una relación positiva entre perros y gatos. Recuerda que el objetivo no es necesariamente que sean los mejores amigos, sino que puedan coexistir pacíficamente. Si te preocupa que tu perro sea agresivo con tu gato, o viceversa, sigue estos consejos para crear un hogar armonioso:

1. Espacios separados

Compartir un espacio interior puede provocar frustraciones si uno de tus peludos siente que su espacio está invadido. Es probable que esto empeore durante el confinamiento del invierno. Para limitarlo, asegúrate de que tanto los perros como los gatos tengan sus propias zonas donde puedan retirarse y relajarse sin la interferencia del otro. Los lugares elevados son especialmente eficaces, ya que proporcionan espacios a los que los gatos pueden retirarse cuando desean evitar la atención de un perro.

2. Bríndales la misma atención

Cuando se introduce un nuevo peludo a la familia, siempre es tentador mimar al recién llegado. Sin embargo, esto puede dar lugar a celos. Asegúrate de mantener la rutina, dedicándole su tiempo de juego, aseo y atención habituales. Este equilibrio evitará que se sientan abandonados.

3. Estimulación mental y ejercicio

Mantener a nuestras mascotas estimuladas mental y físicamente reduce las posibilidades de que perros y gatos se peleen. Tanto como si sacas a tu perro a pasear con regularidad en invierno como si proporcionas a tu gato juguetes para que se abalance sobre ellos, es fundamental que ambos tengan una válvula de escape para toda esa energía que acumulan.

4. Utiliza ADAPTIL Calm y FELIWAY Optimum

Ten en cuenta que el estrés o la ansiedad pueden ser un factor detrás de cualquier comportamiento agresivo entre tu gato y tu perro. Considera la posibilidad de incorporar a tu hogar productos que puedan aliviar estas tensiones. En el caso de los perros, un collar ADAPTIL Calm es una forma estupenda de mantenerlos relajados y tranquilos, o bien un spray o difusor ADAPTIL Calm. Para los gatos, FELIWAY Optimum es una opción igualmente buena. Y, por lo demás, ¡no hay que preocuparse por dar prioridad a una mascota sobre la otra! Los difusores ADAPTIL y FELIWAY funcionan perfectamente juntos.

5. Presentaciones graduales

Al presentar a las mascotas, lo mejor es hacerlo por etapas. Comience con el intercambio de olores, colocando el material que ha utilizado para acariciar a una mascota en el entorno de la otra. Cuando hayan tenido tiempo de relajarse con el olor del otro deja que pasen a explorar su entorno.

A continuación, establece contacto visual mientras ambos están tranquilos y relajados. Y, por último, cuando sientas que están preparados, establece el contacto físico. Al principio, limítalo a sesiones cortas y supervisa todo el proceso. Por si acaso, conviene llevar al perro con la correa suelta y dar al gato muchas opciones de escape en caso de que quiera retirarse.

6. Comprende su lenguaje corporal

Aprende a reconocer la diferencia entre el juego y una pelea real. Por ejemplo, si las garras de un gato están retraídas durante una persecución, es probable que se trate de un juego. Un perro que gruñe a un gato, por el contrario, sugiere que se siente incómodo con su presencia. Si detectas este comportamiento, separa a los dos y considera la posibilidad de reanudar su introducción gradual una vez que ambos vuelvan a sentirse más relajados.

Amistad canina y felina

La relación entre perros y gatos no siempre es sencilla, pero no hay que rendirse. Con paciencia, comprensión y las herramientas adecuadas (como ADAPTIL Calm o FELIWAY Optimum), se puede conseguir un hogar armonioso. Con las estrategias adecuadas, el invierno puede ser una época de calidez y relajación para sus compañeros felinos y caninos. Y recuerda que, si alguna vez tienes dudas, el asesoramiento profesional de un veterinario o de un especialista en comportamiento acreditado puede ofrecerte soluciones adaptadas a su situación.

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